jueves, 17 de octubre de 2013

La bola de fuego

La bola de fuego 


Una de las creencias más populares del llano lo constituye la bola de fuego; podría decirse que no existe un llanero que no haya escuchado hablar de este fenómeno sobrenatural.
Unos dicen que la “Bola de Fuego”, es una bola de candela de aproximadamente dos metros de diámetro y se desplaza con mucha ligereza de un lugar a otro, mediante saltos entre sabanas y montes.    Cuando se detiene desborda chispas de candela; algunas personas comentan que emite un sonido muy similar al de las lámparas a gasolina “Colemán” y otros cuentan que este espanto no emite ruido alguno.


La “Bola de Fuego” aparece en épocas de verano y algunas veces en invierno, y hace sus apariciones principalmente en las noches muy oscuras.

Algunos viejos llaneros cuentan que este espanto de la llanura se formó porque en un hato muy grande de los llanos colombianos, su dueño tenía una pareja de encargados y la esposa del encargado era muy brava, malgeniada y para colmo de males celosa a morir, saliéndose constantemente de sus cabales.

Se comenta que un día se encontraban en plenos trabajos de llano y el encargado encomendó a su esposa preparar el almuerzo para más de sesenta vaqueros, y le previno que esa noche ellos dormirían en una de las fundaciones del hato, con el fin de madrugar a recoger el ganado que se encontraba muy lejos.   Estos anuncios fueron motivando a que la mencionada señora se fuera enfureciendo.   El esposo se marcha, olvidando dejar leña cortada para que ella preparara el almuerzo.

Al día siguiente la mujer, alrededor del medio día, se acordó que debía preparar el almuerzo y al no encontrar leña se puso muy furiosa e iracunda, y agarro el hacha para salir a cortar leña.
Estando en el monte, escuchó llorar incansablemente a su hijo llamado Juan, llantos que la llenaron de cólera, indignación y enojo terrible, y llena de ira y quizás poseída por el demonio se regresa a la casa con un leño grande y grueso en la mano, descargando su furia sobre su pequeño e indefenso hijo, quitándole a punta de garrotazos la cabeza.  En ese preciso instante ella queda loca y los dioses de la sabana la maldijeron para toda su vida.
Es así como el espíritu de esta mujer queda errante en estas llanuras, buscando desesperadamente a su pequeño hijo Juan.

Otros llaneros que la han visto, dicen que dentro de la “Bola de Fuego” se ve una mujer fea, alta, corpulenta y dientona, que lleva en uno de sus cuadriles un niño sin cabeza y en la otra mano un hacha.   Esta mujer persigue a los hombres llamados Juanes y los comúnmente denominados “Don Juanes”, por ser mujeriegos y parranderos.

El castigo que los espíritus de la sabana le asignaron a esta mujer fue una penitencia, que consistía en encontrar siete “Juanes”, hijos de una sola madre y que mientras los encuentra, vivirá errante asustando a los llaneros durante las noches oscuras.

Si este espanto denominado la “Bola de Fuego” se les aparece a las personas, se le profieren inmediatamente groserías de alto calibre y jamás debe ocurrírsele rezarle o invocarle santos, porque éstos se les vienen encima, asustándolos hasta dejarlos privados.

Además, a otros llaneros que se les ha aparecido han alejado el espanto soltándole el rejo que llevan en sus sogueros a lo largo del camino, y la “Bola de Fuego” sólo llega hasta la punta del rejo, sin hacerle nada al jinete.

Son muchos los habitantes y caminantes que han tenido su tropiezo y otros que están familiarizados de tanto verla, que ya ni miedo le tienen.

El fenómeno consiste en una luz que se desplaza a lo largo de la sabana; este resplandor se presenta en forma de circunferencia grande por lo que se observa dando vueltas como si fuera una rueda. Cuando se ve cerca, fácilmente pueden distinguirse los ojos, la boca y otras partes del cuerpo como si fuera un esqueleto humano.

Hay gente que asegura haber visto dos “bolas” de fuego juntas correteando por encima de los montes y llegar a los copos de palmas ríales, lo mismo en las matas de corozo y prender candela en tiempo de verano y sobre todo en Semana Santa cuando el espanto sin rumbo anda suelto.
Diversas versiones se tejen sobre el origen de la bola de fuego. Unos dicen que se trata de un obispo, quien por haber pecado anda en pena, otros que fueron dos madres que se pelearon y se lanzaron maldiciones, o el espíritu de una mujer que fue mala hija, o simplemente se trata de espíritus errantes que deambulan en el llano.


Relatos:  

Relato de David Gamboa Ramírez (Bola de fuego):
Relata David Gamboa Ramírez, que, una noche teñida de oscuro, viajaba por las sabanas de Arauca, rumbo al Hato Valbuena.   De repente ve una bola de fuego que alumbraba y se apagaba, sin darse cuenta lo apartó de la ruta, quedó desorientado y perdido; lo atajó un alambrado en la Saya y pudo orientarse al amanecer.

Narración de Carlos Rodil. (Bola de fuego):
Salió Carlos Rodil a cachicamiá por las sabanas de chaparral montado en un buey y los compañeros en burros. La noche estaba clara, lo que les permitió ver que del norte venía la Bola de Fuego con un andar violento y un zumbido recio; asustados rezaban y mientras lo hacían más se acercaba la Bola de Fuego, pasando por debajo de la cabeza del buey. El animal tiró las patas de adelante para aprisionarla pero no lo logró y la Bola de Fuego siguió sin detenerse.


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